WC Fields                                                        



El termo de limonada                       




El actor cómico WC Fields siempre llevaba consigo un termo que contenía Martini.


Siempre que se le preguntaba por el contenido él contestaba lo mismo:


-Contiene limonada


En cierta ocasión, un bromista cambió el contenido del termo por verdadera limonada. En todo el plató de rodaje se escucho el grito angustiado de Fields que decía:



-«¡¿Quién le puso limonada a mi limonada?!».

                                                                                      




Fields y Pearl Harbor            


Cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor, Fields fue con un cargador de mano a una licorería y compró seis cajas grandes de ginebra. Un amigo lo vio y le preguntó por qué había comprado seis cajas. Fields dijó:


«Creo que va a ser una guerra corta».

                                                                                




Fields y el alcohol                            


Los personajes de Fields frecuentemente eran amantes del alcohol y esta característica se convirtió en parte de la leyenda de Fields. En sus días jóvenes como malabarista, Fields nunca bebía, ya que no quería disminuir su capacidad en el escenario. Sin embargo, la soledad de sus constantes viajes empujaron a Fields a tener licor a mano para ofrecerle a sus compañeros de escenario, para poder invitarlos a su camerino a beber. Así cultivó Fields su atracción por el alcohol. Una notable cita suya respecto del alcohol: 


     «El agua me da asco por las cosas que hacen los peces en ella»


Fields expresa sus sentimientos en Never Give a Sucker an Even Break (1941): 


     «Una vez me enamoré de una hermosa rubia, querida. Ella me empujó al alcohol. Es lo único por lo que le estoy agradecido».

                                                                                              




Algunas citas de Fields                      


«El mundo se está convirtiendo en un lugar tan peligroso, que un hombre tiene suerte si puede salir de él vivo».


«Estoy libre de todo prejuicio: odio a todos por igual».


«Comienza tu día con una sonrisa y luego supérala».


«Todo hombre tiene que creer en algo: yo creo que me darán otro trago».


«Esto me recuerda a mi viaje por las llanuras de Afganistán. Perdimos el sacacorchos y tuvimos que sobrevivir a comida y agua por varios días».


«Si la primera vez no tienes éxito, prueba una segunda vez. Después abandona. No tiene sentido hacer el idiota por eso».


«Más vale que haya, porque en este no hay».

Nota: Cuando se le preguntó (en su vejez) si creía que habría vida inteligente en otros planetas.


«Sí, cuando están bien cocidos».

Nota: Cuando se le preguntó si le gustaban los niños.


«El hijo de puta es un bailarín de ballet. Es el mejor bailarín de ballet que ha existido. Si tuviera la oportunidad, lo estrangularía con mis propias manos».

Nota: Refiriéndose a Charlie Chaplin.




Fields autoparodiandose                 


En 1936 Fields cayó gravemente enfermo debido a su alcoholismo. Tuvo que parar de filmar hasta recuperarse.


En la época en que Fields estuvo inactivo, grabó un comercial de radio. Su voz familiar, le hizo rápidamente popular en shows de radio. Una de sus rutinas más cómicas era el intercambio de insultos que realizaba con el muñeco Charlie McCarthy (de Edgar Bergen) en The Chase y Sanborn Hour. Fields se burlaba de Charlie por ser de madera:


FIELDS: Dime, Charles, ¿es verdad que tu padre era una mesa de alas abatibles?


McCARTHY: Si fuera así, ¡entonces tu padre se encontraba debajo de ella...!



Charlie se la devolvía a Fields en relación a su alcoholismo:



McCARTHY: ¿Es verdad, Sr. Fields, que una vez que usted estuvo de pie en la esquina de Hollywood y Vine, 43 autos estuvieron frenados esperando que su nariz se pusiera verde?





En 1940 Fields hizo My Little Chickadee con Mae West, y también The Bank Dick, quizá su filme más famoso, en el que le pregunta al barman Shemp Howard:


—¿Anoche yo estuve aquí y gasté un billete de 20 dólares?


—¡Efectivamente!


—Uff, me quita un peso de encima: ¡creí que lo había perdido!