Conocemos a Matisse (1869-1954) sobre todo por el inicio de su carrera, con sus cuadros de colores estridentes de carácter fauvista y el final de ella los gouaches recortados, cuando la mano con que cogía el pincel ya no le obedecía empezó a cortar con tijeras sus arabescos en papel, como si estuviera inmerso en un juego con cuentas de colores.

     Pero entre una época y otra pintó odaliscas, mujeres envueltas en transparencias y rodeadas de telas preciosas. Resultaron ser tan exitosas que acabó por pintar más de un centenar.


   


1917. Matisse llega a Niza


Henri Matisse

     Dejó París y descubrió Niza, ciudad  en la que vivió hasta 1954. La fantástica luz de la Costa Azul presente en esta ciudad, que le dedica un museo en la actualidad, hizo de su aislamiento creativo un lugar idóneo para su gran empresa: pintar y reflexionar sobre el arte, de manera menos impulsiva que Picasso, pero con grandes resultados. Antes de su huida hacia adelante, como hacen los grandes artistas, dijo: “Me gustaría vivir en una celda en la que pueda pintar sin preocupaciones ni molestias”Matisse también tuvo un mundo interior complejo, pero eso no parece reflejarse en su arte. La mágica luminosidad de Niza quizá tuvo algo que ver: 


     “Cuando comprendí que todas las mañanas volvería a ver esa luz, no podía creer en mi dicha”.


    


Un harén pictórico de odaliscas



     Matisse se sumergió en un gusto orientalista por las artes decorativas musulmanas y pintó, con el precedente de Ingres, imponentes odaliscas. El desnudo femenino fue una gran obsesión en su estudio, muchas veces camuflado en disfraces de telas marroquíes.



 Zita posando para Pissarro.


      "Las odaliscas fueron el fruto numeroso de una feliz nostalgia, de un bello y vivo sueño y de una experiencia vivida casi en éxtasis, de los días y las noches sumergido en la magia de un clima. Una necesidad imperiosa de expresar este éxtasis, esta indolencia divina, en los ritmos coloreados, ritmos de figuras y colores solares y gustosos. Con las odaliscas no renuncio a lo que recientemente había ganado, a estos avances plásticos de los que usted habla, sino que vuelvo a una vibración de la profundidad, admito de nuevo un cierto modelado y vuelvo a tomar posesión de un espacio donde el aire vuelve a circular. De este modo se plantea un problema para mi: armonizar, equilibrar los tonos puros y los semitonos con el fin de asegurar el acorde y la unidad rítmica del cuadro ante el peligro que pueden constituir las estridencias cromáticas."
Escribió el pintor a André Verdet.

     


Matisse: “Pinto odaliscas para hacer desnudos, procurando que no sean artificiales”.







   En Niza pinta a Antoinette, Laurette, Lydia, Wilma, Zita (en la fotografía, posando para el pintor) y a la que sería su principal modelo durante casi una década, Herriette Darricarrère. La vemos en estas dos fotografías, disfrazada de odalisca, en el estudio de Matisse.









   Y sobre estas líneas, Herriete en una instantánea tomada en los alrededores de Niza junto a la esposa del pintor, Marguerite Matisse, mientras posaban como modelos para el cuadro Conversación bajo los olivos.




   


    


Algunas de las odaliscas de Matisse                                                



Odalisca con pantalón rojo (1921).

La rodilla levantada (1922).

Odalisca con magnolias (1923).

Desnudo en un sofá (1923).

Odalisca (1923).

Odalisca con pandereta (1925-26).

Odalisca con pantalón rojo (1925-26).

Odalisca con pantalón gris (1925).

Odalisca, Armonía en rojo (1926-27).

Odalisca con cofre rojo (1926).

Odalisca sentada (1926).

Desnudo recostado (1927).

Odalisca sentada con tablero (1928).

Odalisca sentada (1928).

El gran desnudo gris (1929).

Odalisca con ropaje amarillo y anémonas (1937).

Odalisca con los brazos levantados.
Odalisque au foulard vert (1926).

 Odalisque au tambourin (1926).

 Odalisque in Gray Trousers.

Odalisque jouant aux dames (1928).


Odalisque on a turkish sofa (1928).


Odalisque sur fond rouge (1929).


Odalisque with a Screen (1923).


Odalisque (1923).


Odalisque, harmonie bleue (1937)


Odalisque.