VICTOR MATURE
SANSON Y DALILA
El director Cecil B. DeMille escogió expresamente al mítico inexpresivo Víctor Mature (1915-1999), para que encarnase al atlético y masculino Sansón, héroe nacional de la lucha de los judíos contra los filisteos, que es despojado de su cabellera, amuleto y símbolo de su fuerza, por la sexy y tentadora Dalila, encarnada por Hedy Lamarr. Siempre inspirado y genial, Groucho Marx dijo: Sansón tiene más pecho que Dalila. Cómodo en el género, Mature también intervendría, casi sin cambiarse de ropa y época, en Androcles y el león, La túnica sagrada, Demetrias y los gladiadores, Sinuhé el egipcio y Aníbal. Todo un especialista.
ROBERT TAYLOR
QVO VADIS
Robert Taylor (1911-1969) penetra, a partir de los 40, en una nueva etapa de su carrera marcada por algunas inolvidables cintas de aventuras de época, entre las que podríamos incluir esta mastodóntica historia de amor y, cómo no, sufrida y perseguida conversión al cristianismo. Mientras, se enamora de la piadosa Ligia (Deborah Kerr) y evita cruzarse por el camino del enloquecido/divertido Nerón de Peter Ustinov. Pero ni así logró ser nominado al Oscar.
RICHARD BURTON
LA TUNICA SAGRADA
El otro Tigre de Gales, Richard Burton (1925-1984), perfectamente enfaldado, armado, castigado y enviado a Jerusalén junto al esclavo Demetrius (Victor Mature). Su personaje, Marcelo, se benefició del nacimiento del fastuoso formato CinemaScope, con lo que su inmersión en el cristianismo quedaba más acompañada de extras y paisajísticamente mucho más vistosa. Calígula temblaba.
MARLON BRANDO
JULIO CESAR
Coyuntural contribución del deslumbrante y arrogante Marión Brando (1924) al género de la túnica y el peinado hacia adelante, dándole a las palabras de Shakespeare nueva entonación y sexualidad desbordante. Marco Antonio se unía a la traición múltiple a Julio César en este film inhabitual para su época (blanco y negro, sobriedad en el uso de masas) firmado por un intelectual colado en Hollywood, un profesor de historia, Joseph L. Mankiewicz. Atención al discurso final de Brando.
BEN-HUR
CHARLTON HESTON
Tres años antes ya fue Moisés en Los Diez Mandamientos y ahora a Charlton .Heston (1924) le tocaba en suerte el mejor remero, el mejor conductor de cuadriga y, encima, el mejor propagador de la nueva y ¡revolucionaria! fe que tan poco agradaba a los romanos. El protagonista ganó uno de los Osear del film. Dirigió William Wyler, y la base histórico-moral la puso el general Lew Wallace, héroe de otra guerra, la de Secesión de USA.
KIRK DOUGLAS
ESPARTACO
Tras Senderos de gloria, Kirk Douglas (1916) y Stanley Kubrick reincidieron en esta película de autor, con lectura política incluida, sobre el problemático e injusto mundo de los gladiadores. Aunque todos se autollamasen Espartaco, Espartaco solo hay uno, el chulo de Douglas, que protagonizaba escenas como las de la escuela de gladiadores y su pelea con el luchador africano. El papá de Michael en plenitud de forma y espíritu.
STEVE REEVES
LA BATALLA DE MARATON
Rechazado, como Clint Eastwood, por la industria y el público de su país, el norteamericano Steve Reeves (1926-2000) encontró en la hedonista y estéticamente más lanzada Italia su verdadero lugar, una oportunidad para lucir músculos en infinitud de producciones como esta en la que interpretó a Filípides, que se debatía entre la pura Myléne Demongeot y la traicionera Daniela Rocca. Dirigió el mítico Jacques Tourneur (La mujer pantera), con colaboradores como Mario Bava. ¿Un peplum-thriller?
STEPHEN BOYD
LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO
El rabioso Messala de Ben-Hur, Stephen Boyd (1928-1977), es aquí el general Livio, hombre de confianza de Marco Aurelio y a punto de convertirse en su yerno. Livio es desplazado por Cómodo, que inaugura así el principio del fin del Imperio Romano. El irlandés Boyd, que heredó el papel pensado para Charlton Heston, intenta estar a la altura e incluso tiene una carrera de cuadriga, pero ni por esas está más expresivo que el tinte rubio de su pelo. Pacifista y con un guión nada banal, se rodó en España con la colaboración del ejército de Franco.
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